El artículo de hoy quiero dirigirlo a las familias de nuestros mayores para que entiendan un poco mejor las enfermedades y/o procesos que afectan, y como lo hacen, a sus seres queridos.
Las enfermedades en los ancianos tienen unas características y formas de presentación especiales (atípicas), que deben ser tenidas en cuenta en la atención y cuidados sanitarios.
Estas características específicas dificultan el reconocimiento de la enfermedad por parte del anciano y su familia y por parte de los profesionales, y pueden conducir a una errónea interpretación diagnóstica y una atención inapropiada.
Cuando hablamos de presentación atípica de la enfermedad en el anciano englobamos las siguientes características:
Voy a poner un ejemplo práctico de una enfermedad muy frecuente en los ancianos y que se da de forma atípica: la infección del tracto urinario (ITU).
La ITU en adultos y personas jóvenes tiene los siguientes síntomas:
– micción frecuente
– ardor o dolor al orinar
– la sensación de tener que orinar aún cuando en realidad no sale orina o sólo sale un poco
– dolor en la parte inferior del abdomen
– orina sanguinolenta o con mal olor
– fiebre
En cambio en los ancianos, aunque aisladamente pueden darse estos síntomas, en general no son comunes la fiebre, el ardor al orinar o el dolor. Son más frecuentes los síntomas inespecíficos con el deterioro funcional y físico, los cambios de conducta (agresividad o adormecimiento), desajustes de la tensión arterial o la glucemia, y pérdida de apetito.
Espero que con este pequeño aporte, y los que le sucederán, se arroje luz al gran mundo de la vejez, del que todavía queda mucho por conocer.
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